“To love is to risk not being loved in return. To hope is to risk pain. To try is to risk failure, but risk must be taken because the greatest hazard in life is to risk nothing.”

El numero 10

Llegamos al brunch y comimos unos deliciosos huevos benedictinos con caviar, un pan recien hecho, y unas mimosas.
Nuestro buen humor se había esfumado, y los dos estabamos incomodos.
El termino de almorzar primero, se limpio la boca con su servilleta de tela y se me quedo viendo hasta que termine. Me tome la cuarta mimosa rápidamente y lo observe.
-¿Que hiciste este fin de semana?- me pregunto, tomandome por sorpresa completamente. Me puse alerta inmediatamente.
-Visite a un amigo, ¿Y tu?- le pregunte tratando de cambiar el tema rapidamente.
-¿Porque leiste mi mensaje? y ¿Que piensas de el?- me pregunto inclinandose sobre la mesa, viendome fijamente.
No se porque le respondi, talvez el hecho de que ya llevaba cuatro mimosas, o talvez fue porque sentia que el se merecia la verdad.
-No te juzgo para nada. Hace años, si hubiera leido el mensaje me habria reido y te habria dicho: ¡Bienvenido al club!, pero ahora que he madurado supuestamente, quiero que hablemos de tu pasado porque quiero conocerte, pero eso sera cuando estes listo.- le dije sonriendole calmadamente. Tome la quinta mimosa y le di un trago, mientras bebia Christopher me pregunto:
-¿Cuando me vas a hablar de TU pasado?-me pregunto. Yo me atragante con la bebida y comenze a toser incontrolablemente.
Cuando me calme lo mire fijamente y le dije:
- Cuando yo pueda hablar con mi pasado.-
-¿A que te refieres?- me pregunto curiosamente.
-Hubo un suceso en mi pasado y desde entonces no puedo hablar con ninguna de las personas que pertenecian a mi pasado.- le dije mientras ponia mis ideas en orden ante la redundancia de mis palabras.
-Ya veo.- me respondió meditativo.
-¿No me crees?- le pregunte.
-Si, estaba pensando en lo que me dijiste del mensaje, de que en el pasado no te habría importado mi mensaje, yo en el pasado jamás te habría buscado como lo hize hoy.
-Estamos a mano- le dije sonriendo.
-No lo creo, tu aprendiste mas de mi en ese mensaje que lo que yo he aprendido en esta platica. Me debes un secreto o un dato tuyo.- me dijo sonriendo con superioridad. El tenía razón. Pensé muy bien antes de decirlo.
- Muy bien. Jamás salgo el 13 de Marzo. Nunca.- le dije seriamente.
-¿Porque?- me pregunto.
-Porque tengo malos recuerdos de ese día- le conteste un poco incomoda.
- ¿Desde hace cuanto?- siguió con su interrogatorio.
-No entiendo esa pregunta...- le dije confundida de nuevo.
-¿Desde hace cuanto no sales el 13 de Marzo?- me pregunto viendome profundamente con esos ojos que parecian acusarme y respetarme al mismo tiempo.
-Desde el 13 de Marzo del 2006.- le respondi melancolicamente.
-Y por tu cara de incomodidad veo que no me vas a contar acerca de ese suceso.- me respondio cruzando los brazos.
-Exacto. Ese entro en uno de los peores dias de mi vida.- le respondi.
-En la escala del 1 al 10 de tus peores dias, ¿Ese es el numero uno?- me pregunto mas relajado.
-Jamas lo habia pensado, pero supongo que si.¿Cual seria tu numero uno?- le pregunte sin pensar.
Christopher se me quedo viendo por unos segundos y me contesto.
-Te dire el numero 10.-
-Me parece justo.- le respondi.
-Si tu me dices TU numero 10.- me dijo con una cara retadora.
-Esta bien, supongo que estaria bien, no es nada del otro mundo.- le respondi sonriendo levemente despues de casi dos minutos de pensarlo.
El se acomodo bien en su silla para escucharme hablar.

EL NUMERO 10 DE ANNABETH JONES

5 DE ABRIL DEL 2005

Dios mio, no puedo creer que ya tengo 20 años, pense para mis adentros.
El paisaje era tan hermoso por la carretera que me daban ganas de bajar a dar un paseo. Suspire.
-Deja de suspirar Annabeth, sabes porque tenemos que llegar temprano.- Leonard me dijo desde el volante.
Estaba desacostumbrada a que el manejara del lado izquierdo, pues como habiamos pasado el año pasado en Irlanda e Inglaterra, ya me habia acostumbrado a que manejara como lo hacen en esos paises, desafortunadamente habiamos tenido que regresar a Francia.
Suspire de nuevo.
-En unas horas llegamos y despues te lo compensare.- me respondio Leonard sintiendose culpable.
-Esta bien.- le respondi simplemente, poniendo me los lentes de sol y recargandome en el respaldo de copiloto de su convertible.
Si saber en que momento me habia dormido, gotas de lluvia me depertaron.
Estabamos parados en medio de la nada, bueno a unos 200 metros estaba una casita de ladrillo, pero esa no contaba.
-¿Que paso?- pregunte desorientada, buscando a Leonard.
-Se rompio la llanta.- oi que me respondio Leonard agachado a un lado del coche.
-¿Estas cambiando TU una llanta?- le pregunte burlonamente.
-No, te alegrara saber que no hay una llanta de repuesto.- me respondio enojado. Yo sabia que el estaba a punto de agarrar un palo de madera para moler el coche a golpes, pues teniamos que estar en Paris en unas horas pues su papa lo necesitaba en la empresa por primera vez.
Yo no habia querido ir a ese estupido viaje, yo queria estar en algun lugar interesante, como Bombay. Pero era su novia, y tenia que apoyarlo.
-No me alegra.- le dije a punto de reir.
-¿Es en serio?- me preguto viendome enojado y mojado.- ¿Que acaso no entiendes la importancia de este viaje Annabeth?
-Lo entiendo, lo que no entiendo es como es posible que en lo unico que piensas es en ir a lamerle los zapatos a tu papa, buscando su aprobacion, cuando los dos podriamos haber ido a Bombay.- le dije gritandole al final. Era una de esas peleas que teniamos, que cuando terminabamos, no sabiamos porque habiamos empezado.
-Deja de mencionar al estupido Bombay.- me respondio mientras con las dos manos trataba de cubrir el convertible. Yo no me baje a ayudarlo, por mi que nos quedaramos aqui unos dias, para que aprendiera que no es necesario caerle bien a los papas.
Busque en la guantera hasta que encontre lo que buscaba: una cajetilla de cigarrillos.
Encendi uno, y tome unas tres caladas.
Leonard abrio la puerta del auto bruscamente y me trato de arrebatar el cigarrillo.
-¡Dejame en paz imbecil!.- es ultima y simple palabra fue la gota que derramo el vaso.
-Esta bien, si quieres morir de cancer me da igual. Voy a buscar ayuda.- me respondio cerrando la puerta de un portazo. Camino algunos metros hasta que se metio en la pequeña casa. Cuanto lamente no haberlo seguido.
En vez de eso me quede en el auto, y me dormi por los efectos del cigarrillo y el constante repicar de la lluvia en el techo del convertible, algo que yo consideraba relajante.
Al despertar, el cielo ya habia oscurecido, y no habia rastros de Leonard por ninguna parte. Sali del auto y me dirigi a la casita.
Al acercarme pude oir risas provenientes de la casa, entre ellas la de Leonard, y una risita cantarina que jamas olvidaria.
Me acerque mas rapidamente y toque la puerta con las palmas de las manos hasta que un señor sonriente, robusto y viejo me abrio la puerta.
-Parece que ya desperto la bella durmiente.- dijo a sus espaldas.
Leonard se levanto de la mesa del comedor de la casa, sonriendo como no la habia visto hacer en años. Dio un rodeo y ayudo a levantar a una muchacha de pelo rubio largo, de facciones angelicales que vestia un largo vestido blanco muy vaporoso y me dijo:
-Annabeth te presento a Cecile DeVille.- ese fue el principio de una larga parte en mi historia que culmino con "el suceso" el 13 de Marzo del 2006.
-----

3 de Marzo del 2008 (ACTUALIDAD)

Christoper se me quedo viendo un buen rato hasta que sonrio.
-¿Ese es el numero 10?- me pregunto viendome fijamente de nuevo.
-Sip.- le respondi incomoda.- Eres la tercera persona aparte de los involucrados que sabe de este dia.
-¿Quienes fueron los primeros dos?- me pregunto sorprendido.
-Mi abuelo y la cuenta de correos Email de mi mama.- le respondi honestamente dandole un trago a mi septima mimosa.
-¿No le hablas a tu mama?- me pregunto consternado.
-No desde los siete años, pero esa es una historia para otro dia.- le respondi mas incomoda aun.
-Ok, ahora me toca a mi supongo.- me respondio tomandose el resto de mi mimosa de un trago.
- Fue el 13 de Agosto de 1995...- comenzo.
-¿Es enserio? ¿Te vas a ir tan atras?- le pregunte.
-Si, es el peor dia numero diez para mi.- me respondio muy serio con apice de ironia en los ojos.


EL NUMERO DIEZ DE PATRICK RUMSFELD EAST "CHRISTOPHER DUNCAN"

13 DE AGOSTO DE 1995 (13 AÑOS DE EDAD)

-Odio los dias nublados y frios en Inglaterra.- dije sin pensar en voz alta.
Mi madre, una mujer alta, de clase, esbelta y bien vestida me voltio a ver desde donde estaba sentada en la limosina, me habia esuchado.
-Querido, ven para aca- le dijo señalando un espacio entre ella y el Conde, que hablaba por el telefono de la limosina, arreglando sus asuntos en Londres.
Me levante agachando un poco la cabeza, y me sente junto a ella. Mi padre, el Conde, se tuvo que mover un poco, pero al final pude sentarme donde mi mama me decia.
-¿Te digo un secreto cariño?- me pregunto mientras me ponia un brazo alrededor del cuello y se acercaba a mi oido.
Asenti seriamente para que supiera que le estaba poniendo atencion.
-No creo que te enoje el clima de tu pais, querido. Creo que estas enojado porque no te puedes quedar con nosotros en Londres.- me dijo en voz baja para que papa no escuchara.
El cabello rubio de mama me caia en la cara asi que se me lo quite y me acerque a su oido.
-Estoy asustado.- le dije admitiendo lo que sentia por primera vez.
-No hay porque estarlo. Recuerda lo que yo siempre digo: Solo deberia asustarte si eres el primer humano en hacerlo.- me respondio sonriente.
-¿Eso que quiere decir?- le pregunte.
-Que hay muchas personas que han pasado por lo que tu estas pasando en este momento, aprende de ellas y lograras superarte, ¿De acuerdo?- me pregunto con su voz tranquilizadora.
-De acuerdo mama. Te quiero- le respondi y le di un beso.
-Oh cariño, te voy a extrañar.- me respondio a punto de echarse a llorar.
-Mama no llores, todavia tienes a Grace.- le dije limpiandole una lagrima de su rostro con el pañuelo que tenia en la solapa de mi saco.
-Lo se hijo. Te quiero.- me dijo mientras me besaba la mejilla.
-Ya hemos llegado.- dijo mi papa gravemente, pero emocionado.
Bart, el chofer, abrio la puerta y ayudo a bajar a mama, despues sali yo y hasta el ultimo mi papa.
Genial, pense, mi nueva escuela es una mansion vieja.
Voltie a ver a los alrededores y note que la limosina habia llamado la atencion de casi todos los alumnos.
Ayude a Bart a bajar mi equipaje y entramos al colegio.
Un señor con un traje muy elegante nos recibio con una sonrisa:
-¡Bienvenidos a Eton!-
-Francis, dejo a mi hijo en buenas manos.- dijo mi papa mientras le daba un abrazo de saludo al señor.
Mama se agacho un poco, para mi alivio pues por fin yo estaba creciendo y casi la alcanzaba, y me abrazo levemente.
Inhale su perfume para recordarla durante los meses venideros.
-Te quiero.- le repeti.
-Igual yo cariño.- me dijo melancolicamente.
Papa se acerco me abrazo y me dijo:
-Cuidate campion.
Los dos se despidieron de Francis, se subieron a la limosina y se fueron.
Fue el primero de muchos años de despedidas en Agosto para ir al peor colegio en el que he estado: El internado para hombres Eton, en Inglaterra.

------

ACTUALIDAD

Lo primero que yo pude decir fue:
-¿Tu papa es un conde?- le pregunte con los ojos muy abiertos.
Christopher puso los ojos en blanco y respondio:
-¿Eso es todo lo que sacaste de mi numero diez?- me pregunto un poco enojado.
-No, claro que no. Me cayo bien tu mama.- le dije sonriendo.
-A todos. Es un angel. Es como Grace pero sin menos bromas.- me respondio sonriendo nostalgicamente.
- ¿Cuando la vas a ir a visitar?- le pregune tomandole una mano por encima de la mesa sin pensarlo.
-Estoy como tu ahora, sin poderle hablar a mi pasado.- me dijo retirando su mano lentamente.
-Ya veo.- le respondi simplemente.- Bueno, yo ya me tengo que ir a trabajar.
-Muy bien, te llevo.- me dijo. Se levanto y le pidio la cuenta a una mesera. Nos la trajo rapidamente, y vi la cantidad de dinero que habiamos gastado.
-Hay que dividirla.- le dije sacando mi billetera.
-Ni hablar.- me respondio enojado. Se voltio hacia la camarera y le dijo:
-¿Podrias apuntarsela a la cuenta de mi amigo Patrick Rumsfeld East?- le pregunto sonriendo seductoramente.
-Claro que si Sr. Duncan.- le respondio con las mejillas encendidas. Dio media vuelta y se fue.
-¿Nunca me vas a contar de tu amigo Patrick?.- le pregunte mientras me ponia la chaqueta.
-No hasta que te cuente mi numero 1, pues el esta incluido en mi historia, lo que quiere decir, que tu me tendrias que contar TU numero 1.- me dijo sonriendo seductoramente.
-Muy bien, me parece justo.- le respondi.
-Y tu, ¿Nunca me vas a contar quien es Leonard?- me pregunto cuando ya ibamos a salir por la puerta del restaurante.
-Leonard es Leonard.Y te lo contare cuando tu me cuentes TU numero 1.- le respondi sarcasticamente.
-Es un buen trato.- me respondio sonriendo.
Llegamos a la acera.
-Aqui nos tenemos que separar.- me dijo sonriendo seductoramente de nuevo.
-Pense que me acompañarias.- le respondi tratando de que no sonara como un lloriqueo.
-Pero me acorde de que tengo que ir con Grace por unas cosas que necesita.-
-Ah ok, pues nos vemos el sabado.- le respondi, sin saber que hacer. ¿Lo beso? ¿Me voy? ¿Sonrio?.
Opte por voltearme hacia la calle. Camine unos pasos y luego senti que tiraban de mi hombro.
-¿Eso es todo?- me pregunto Christopher viendome a los ojos. Se referia a mi gran despedida.
-Eh...- ¡Callate Annabeth! Antes de que hagas algo estupido, me dije a mi misma.
-Se hace asi.- me dijo poniendome las dos manos a cada lado de mi rostro.- Se dice, nos vemos el sabado y luego...
-No hace falta que me lo digas por dios.- le respondi acercandome a su rostro, poniendole las manos a lado del cuello y besandolo.