“To love is to risk not being loved in return. To hope is to risk pain. To try is to risk failure, but risk must be taken because the greatest hazard in life is to risk nothing.”

La ultima de Penelope en NY

Esa noche dormí bien, por primera vez en días.
El lunes me levante temprano y me arregle para ir al trabajo, salí con Marla, quien seguía enojada por no haberle contado nada aun de mi pequeño viaje.
La ignore, aun no era el momento de hablarle de August.
Llegamos 10 minutos antes a nuestra oficina y me senté en mi lugar usual.
Veinte minutos después, todos estaban en la oficina, excepto Penelope, tomando cafés y charlando; yo había decidido comenzar a escribir el Mail de agradecimiento a mi papá por prestarme su cardet.
Media hora después llego Penelope, mirando a todos con superioridad, se sentó a lado de nuestra supervisora, y comenzó a platicarle del día de campo.
Yo estaba tratando de escribir un Mail para August, cuando escuche risas disimuladas de Penelope y Kayla (mi supervisora).
Escuche partes de la conversación:
-... Y entonces ella se pone a bailar con el mejor amigo de el Conde Patrick Rumsfeld East, ese novato al que mandaron. Todo mundo quería ver a Patrick Rumsfeld, pues nadie lo conocía en persona, y todo lo que obtienen es el mejor amigo, que me han dicho, es un mujeriego. Seguro Annabeth ya no lo vuelve a ver.- dijo Penelope dirigiendome una mirada nada disimulada. Las dos rieron por lo bajo.
Me sentí un poco mal por su comentario, aun cuando yo sabia que lo vería en Delmonico's el sábado.
Una hora mas tarde todo mundo sabia quien había sido mi pareja de baile, y que el era un mujeriego.
No quise cansarme en debatirselos, así que me concentre en lo mío.
A la hora del almuerzo el jefe de nuestro departamento salió de su oficina y nos dijo que no nos fuéramos a comer porque vendría alguien importante a checar nuestro trabajo.
Nos sentamos todos malhumorados.
Quince minutos después entro la vicepresidenta de la compañía, a checar a todos.
Algo cansada pregunto a todos:
-Presten atención, me han mandado a buscar a Annabeth Jones, ¿trabaja a aqui? O ¿Saben donde se le podría encontrar?- todos me miraron y yo dije débilmente:
- Esa soy yo- estaba completamente asustada porque era algo serio que te hablara la vicepresidenta.
- ¡Gracias a Dios!- respondió aliviada.
Salió por la puerta y mientras volvía a entrar le decía a alguien que la acompañaba:
- Perdone usted pero es que siendo una empresa tan grande es imposible conocer a todos sus empleados, aqui esta- le dijo a su acompañante, mientras le abría la puerta para que entrara.
- Gracias Rose.- dijo una voz que reconocería en cualquier lado.
Me puse completamente rígida y feliz, cuando lo vi entrar.
Llevaba una camiseta roja y azul con una chaqueta de cuero negro, zapatos negros, pantalones de mezclilla oscura a su medida y para completar el look, unos lentes ray ban. Su pelo rubio tenía un corte moderno y su piel tenía un bronceado perfecto, el había aprovechado mejor su domingo.
Todas las mujeres suspiraron al verlo, incluida yo.
Busco entre todos en la oficina y encontró a Penelope.
Christopher se quito los lentes y los puso adentro de su chaqueta, completamente relajado,mientras todos lo seguían mirando embobados.
-¡eh tu eras la host!- le dijo de pasada tratando de localizarme.
Ella estaba a punto de responder cuando Christopher me avisto.
Una sonrisa ilumino su rostro, logrando que mi corazón parara por un momento .
-Annabeth, eres la mujer mas difícil de encontrar que he tenido el placer de conocer.- dijo galantemente mientras se dirigía a mi escritorio. Todas las miradas lo seguían.
-Según yo nos veríamos hasta el sábado, o ¿es que Grace me extraña demasiado?- le dije sonando mas relajada de lo que estaba.
- Los dos te extrañamos, pero vine solo porque yo siempre tengo la ultima palabra- me dijo desaprobatoriamente.
Me reí de eso, yo había tenido la ultima palabra aquel día con mi "jugada"
-¿Ya saliste a tu almuerzo?- me pregunto mientras miraba a su alrededor.
-No, alguien va a venir a supervisar todo y...- le comencé a platicar pero el hizo un ademan con la mano, mostrando que eso no era importante.
- Una excusa que hice para que todos se quedaran en la empresa y así poder encontrarte.- me dijo viendome a los ojos.
Me quede pasmada al pensar en lo que tuvo que haber hecho para lograr encontrarme.
El sonrió satisfecho al ver mi expresión.
Giro en redondo y dijo en voz alta a todos:
-Ya se pueden ir a almozar.- con una sonrisa que hizo que todos se quedaran en sus asientos, despues del shock que les produjo verlo sonreir y hablar, todos se levantaron y se fueron saliendo lentamente, lanzandonos miradas furtivas.
Penelope se quedo hasta el ultimo con Kayla (que la miraba asustada), Penelope la miro friamente a los ojos, asustandola aun mas, y se dirigio a nosotros.
-Antes de que me vaya, no puedo evitar venir a invitarlos a la fiesta que voy a hacer por el cumpleaños de Kayla, el sabado por la noche y...- dijo Penelope coqueteandole a los ojos. Christopher parecia aburrido y ligeramente altivo.
-Tengo que pararte alli mismo.- le dijo interrumpiendola.- yo no te conozco, pero Beth tal vez si. ¿Vas a ir Beth?- me pregunto ligeramente divertido por la situacion.
-Ni de coña.- respondi enojada. Christopher se rio a carcajdas.
-No le caes bien a Beth, y cualquier enemiga de Beth es enemiga mia.- le dijo viendola enojado.
Ella estaba enojadisima con los dos, pero mas conmigo.
Yo sabria muchos años mas tarde. que ella se vengaria de nosotros por eso.
Por eso solo empeore su situacion diciendole:
-Ademas, ¿Quien en su sano juicio iria a una fiesta organizada por una persona que usa bolsas falsas de Hermes?- le dije, aquello la enfado mas que lo que habiamos dicho antes. Yo supe hasta mucho despues que ella nos ayudaria, vengandose de nosotros. Asi que aun ahora, años despues, no le reprocho nada.
Solo nos falto reirnos malvadamente.
Ella se fue con la dignidad que le quedaba,, y nunca volvio a Nueva York, la vi muchos años despues en Londres, pero esa es otra historia que contare despues.
Minutos despues, cuando la desgracia de Penelope dejo de ser graciosa, nos fuimos a un brunch con Grace, me di cuenta de que Christopher se ponia nervioso al estar conmigo, pero no timido. Ambos sabiamos que tendriamos tiempo de hablar de lo del mensaje el Sabado por la noche.
Que equivocada estaba.

Té & Leche

Me quede callada viendolo. Después de unos minutos que parecieron horas, August calmo su respiración y se dio media vuelta, dejandome sola en el umbral de la puerta.
Tome eso como una señal de invitación a su casa, y entre lentamente.
La casa por dentro era una maravilla, todas las paredes tenían diferentes tonos de azul, el color favorito de August, y en las paredes había pinturas en tonos beige y verde. En vez de patio la casa terminaba en la orilla de la playa, afuera había camastros de madera gastados por el ambiente húmedo y frío de South Hampton.
Seguí a August a través de una puerta de madera oscura con cristales verdes a la cocina.
El recorrió bruscamente un banco blanco de madera que estaba pegado a la mesa de mármol blanco en medio de la cocina. Tome esto como una invitación a que me sentara y así lo hice.
Se dirigió a la alacena y saco bolsas de te, una tetera, leche, limón, azúcar y finalmente dos tazas. Puso a calentar el agua en la estufa y se le quedo viendo a la tetera una buen rato, evitando mi mirada consternada.
Aproveche esta oportunidad para echarle un vistazo.
Vestía unos pantalones de pijama y una camiseta negra ajustada de algodón. Tenía el pelo chino alborotado, parecía que acababa de levantarse. Sus hombros estaban rígidos y su piel estaba bronceada. Era el mismo August que parecía modelo griego, pensé con felicidad al ver que no había cambiado nada.
La tetera comenzó a silbar y se relajo automáticamente; sirvió dos tazas de te , les agrego leche, limón y azúcar, y se sentó enfrente de mi suspirando mientras lo hacia.
Tome mi taza con la dos manos distraídamente y estaba a punto de tomar un pequeño sorbo cuando el se paro bruscamente y me la quito de las manos.
- ¿Estas loca?- me dijo en voz alta - Eres intolerante a la lactosa, por Dios Annabeth, ¿Tengo que acordarme siempre yo?
Solo por el simple hecho de que me llamara por mi nombre me hizo sonreír.
El gruño al ver mi sonrisa y me preparo otra taza, sin leche esta vez.
- No todos te van a recibir como yo Anna. Ni Leonard ni Anne Lise han olvidado, y cada vez que nos encontramos de casualidad, tu eres tema taboo.- me dijo con marcado acento griego.
- Lo se pero no estoy dando visitas a los fantasmas de mi pasado, necesitaba hablar con alguien que supiera todos mis secretos.- le dije mirando mi taza fijamente, esperando a la pregunta que haría.
- No conozco todos tus secretos, solo se que algo paso entre tu y Leonard, Anne Lise se enojo con todos y todos desde entonces no hablan de ti.- me dijo viendome seriamente con sus ojos azul mar.
- Todavia no estoy lista para hablar de ese día- le respondí nerviosa mirandome los pies. El se me quedo viendo un rato y al final dijo:
- Lo puedo imaginar. ¿Como y Porque estas aqui?- me pregunto después de unos minutos de silencio incomodo.
- Tu papa me mando una carta donde me decía donde estabas. Yo quería saber donde estabas tu, Anne Lise y Leonard, así que les pregunte a sus padres. Tu papá me respondió pero los padres de Anne Lise y de Leonard no me contestaron.- le respondí viendo al mar por la ventana, recordando los extraños meses después de el incidente.
- A mi papa siempre le caíste bien.- me respondió distraído.
Sonreí al escuchar esto, era cierto.
-Pero aun no me has contestado, ¿Porque?- me pregunto viendome directamente a los ojos.
Tratando de evitar sonar como un cliche comenze:
-Conoci a alguien y me recuerda mucho a ustedes, sobre todo a Leonard. Pero no quiero decirle nada de mis secretos porque si se los digo, me sentiria fatal.- le dije cohibida, al exponerme de ese manera.
-Empieza desde el principio.- me respondio con curiosidad, dandole un largo sorbo a su te.
Le conte todo, desde el dia en que lo conoci (lo que recordaba, al menos) hasta el dia de campo.
El asentia comprensivamente en los momentos adecuados, e incluso se rio a carcajadas al escuchar mi relato y descripcion de Grace.
Llegue a la parte donde le platique de como Marla me había descubierto por mis llamadas a Paris el 13 de Marzo.
August se puso completamente rígido, pero yo continúe.
Al terminar el se levanto y viendome con una mirada que no pude descifrar me puso los brazos en los hombros y lentamente me abrazo.
Sin querer, las lagrimas comenzaron a correr por no rostro, había extrañado a August mas de lo que había pensado.
El noto que lloraba y puso su barbilla en mi cabello, evitando mi mirada de nuevo.
-Lo siento, lo siento, lo siento..- me repitió en voz baja y melancólica por varios minutos hasta que los dos nos quedamos callados.
El cielo se había nublado mientras nos habíamos abrazado.
El me soltó lentamente, y note lo rígidamente que yo lo había estado abrazado.
Me miro a los ojos y giro hacia la cocina para lavar las tazas.
Esto me sorprendió, pues el August que yo conocía jamás lavaba mas que sus propias manos.
- Has cambiado.- le dije como un hecho, no como una pregunta.
- Ustedes nunca me juzgaron, y yo realmente creía que lo que hacia estaba bien, luego todo mundo se separo yo me quede solo sin amigos, comencé a buscar mas amigos y nadie me juzgaba pero me decían que a veces me comportaba como un imbécil, cuando lo comprendí, trate de cambiar.
Así he estado los últimos años, sigo siendo el mismo pero mejorado.- me dijo con un guiño.

Así estuve platicando con el tres horas mas.
Le conté de mi trabajo, de Penelope, de las noticias de mi papá, etcétera.
Al final el no me había contado nada de el; se lo comente y el me respondió:
- Es para tener un tema de platicar la próxima vez que nos veamos, te voy a visitar a tu casa.- me dijo sonriendo. Una vez que obtuve su promesa de que me visitaría, me despedí.
Lo bese en la mejilla, y lo abraze.
Llego un taxi, al que el había hablado, y me subí. Cuando lo voltie a ver su expresión me dejo ver que esto no había terminado aun.
Llegue a mi casa dos horas después exhausta y contenta.
Marla me esperaba enojada en la entrada del elevador.
- ¿Donde estuviste todo el día?- me pregunto enojada.
- Con un amigo que vive en South Hampton.- le respondí honestamente.
-Ahh Ok, me hubieras avisado.- me respondió menos enojada al ver que no mentía. Nos subimos juntas en el elevador. Yo estaba muy feliz pero calmada, ella echaba humos porque sabia que algo había pasado para cambiarle de humor.
Llegamos al departamento y me dijo:
- Talvez no confíes en mi, pero el 13 de Marzo se acerca...- me dijo.
Voltie sonriendo, y le dije:
- Ya voy a tener para esa fecha, a alguien con quien compartir mis penas.- seguí mi camino sonriendo confiada a mi departamento.