“To love is to risk not being loved in return. To hope is to risk pain. To try is to risk failure, but risk must be taken because the greatest hazard in life is to risk nothing.”

Por la Mañana

Era de esperarse, pero aun asi me sorprendio que a la mañana siguiente tenia una terrible jaqueca.

Podia escuchar desde mi habitacion los ruidos de alguien preparando el desayuno. Wow, solo de pensar en alguien preparando el desayuno me daba nauseas y por increiblemente que parezca, tambien un poco de hambre.
Dios, tambien podia escuchar mi cabeza palpitar, mis sienes me dolian y mi cabeza no podia concentrarse. Me trate de levantar pero era imposible estaba demasiado mareada.

-¡Buenos dias!- me dijo Marla mientras abria lentamente la puerta de mi habitacion, caminando de puntitas con una bandeja llena de comida.
Marla, mi mejor amiga, no se le notaba nada. No se veia enferma, de hecho se veia bastante bien.
-Marla, ¿Como le haces? ¿Porque no estas igual que yo?- le pregunte mientras me ponia la mano en la cabeza.
Ella se rio fuerte, y al ver mi reaccion trato de moderarse.
-Hermana, es solo la practica, lo de ayer fue solo el calentamiento de lo que podria haber sido un verdadero maratón. Pero no podia beber demasiado, porque tu amiga mia, habias atrapado algo. Te tenia que tener bien cuidada.- me dijo sonriendo mientras ponia la bandeja cerca de mi cama. Y como usualmente ocurria, no entendi nada de lo que dijo.
-Marla, no entendi eso ultimo.- le dije aun un poco molesta, mi cabeza me estaba matando.
-Que te vi coqueteando con ese chico, dios que sexy estaba, era como un Zeus sentado en medio de un club. ¡Y ese acento! Dios estaba a punto de comermelo.- me dijo emocionada mientras interpretaba cada palabra que decia. Y fingia que se desmayaba en el borde de mi cama mientras yo reia.
-Estas loca Marla. Asi que segun tu, lo que hiciste ayer fue protegerme, manteniendote casi sobria.- le respondi mientras me reia de nuevo a su cara de mala.
-Claro que si, y no estaba borracha, estaba bien.- me respondio sonriendo.- ¿Crees que parecemos menores de edad?- me pregunto cambiando completamente la conversacion, como usualmente lo hacia.
-No, ¿Porque?- le pregunte extrañada.
-Pues por lo de los guardias, es decir, tenemos veinti tantos años, y si parecemos mas jovenes... ¿Deberia ser eso bueno?- me pregunto pensando todo calculadoramente.
-Si, pero no creo que hayan pensado que eramos menores de edad, sino que no estabamos en la lista.- le respondi.
-Ok, entonces que bien que tu papá te haya mandado ese cardet. Si no no podriamos haber conocido a Mr Zeus.-me dijo mientras me daba una pequeña palmada en mi tobillo.
-Si, le tengo que mandar una carta de agradecimiento o algo.- le respondi mientras me levantaba de nuevo.
-Ok, ahora bañate, cambiate y ponte algo lindo pues vamos a salir de compras.- me dijo sonriendo mientras salia.
Hize todo lo que me dijo y luego desayune en mi cama, mientras pensaba en todo lo que habia sucedido ayer. Hacia mucho tiempo que no pensaba en un hombre, la ultima vez que habia salido con alguien habia sido hacia unos tres meses con alguien del trabajo llamado Gabriel. Ahora cada vez que lo veia en el trabajo, la tension podia con cortarse con un cuchillo de mantequilla.
Pero nunca lo habia tomado en serio, de hecho jamas habia pensado demasiado en los hombres. Ellos eran intercambiables, faciles de encontrar y de obtener.
Y finalmente llegue a la conclusion de que pensaba demasiado en Christopher Duncan solo porque era misterioso, porque era diferente a todos los hombres que habia conocido en mi vida. Y aunque no lo admitiera en aquel entonces, tenia tantas ganas de volvermelo a encontrar.
Despues de desayunar sali de mi cuarto con unos lentes oscuros pues la luz todavia me lastimaba, lave los trastes y me sente en el sofa para esperar a Marla.

Para que no se confundan Marla y yo eramos compañeras de habitacion, rommates. Habiamos adquirido un departamento que yo habia amado desde el momento en que lo habia visto.
EL edificio en el que vivia, habia sido antes unos almacenes gigantescos, pero su actual dueño lo habia convertido en unos departamentos de dos cuartos y dos baños con cocina, y sala etc. Nuestro departamento, el numero 810, era el ultimo departamento del ultimo piso y solo por eso era el unico con una terraza en el psio de arriba.
Lo amaba porque era de ladrillo rojo y las paredes tenian  colores calidos. Ademas como mi amiga Laura era diseñadora de interiores, nos habia ayudado a mi y a Marla ha decorar nuestro apartamento y el resultado habia sido increible.
Claro mi papá habia pagado casi todo, pues por mas que trabajara, mi trabajo como escritora de esloganes, no era el mejor del mundo.
Marla por fin salio de su cuarto y nos dirigimos al centro comercial mas cercano a comprar vestidos de cocktail pues nuestra compañia habia sido invitada a una comida en el campo junto con otras compañias para conocer a todos.
Entramos a varias tiendas y al final elegi uno de color azul y Marla uno de color verde.
Tratar de recordar como eran nuestros vestidos es muy dificil, solo se que me gustaron mucho.
Despues de eso comimos y fuimos a ver una pelicula, y regresamos en taxi al departamento para dormir temprano, pues al dia siguiente teniamos que ir a trabajar muy temprano.

3 comentarios:

Paulina dijo...

Me a gustado!:D
Ojalá se vuelva a encontrar a Christopher muy pronto;P

Escribe pronto!

Anónimo dijo...

Me gusta la historia, continua!
(:

Mia dijo...

hahahahaha se sorprenderan (:
Gracias por sus comentarios
se los agradezco, espero que escribas pronto Pau, y sharon, me voy a pasar por tus blogs pronto :D
-mil abrazos y besos
MIA

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